Título: El pasajero
Autor: Jean-Christophe Grangé
Traducción: Joan Riambau
ISBN: 978-84-253-5161-7
Editorial: Grijalbo
Género: Novela policiaca
Páginas: 734
Precio: 20,90 €
El Minotauro, Ícaro, Urano... Un mito griego es la única pista que deja el asesino cada vez que mata. Y la clave para encontrarle está en la mente de un hombre que ha olvidado quién era. La nueva novela del autor de thrillers más vendido en Francia. «No soy un asesino.» Es la nota manuscrita que ha encontrado Anaïs Chatelet en su despacho de la policía judicial de Burdeos. Ahora nada cuadra en la investigación...Unos días antes, en la estación de tren, había aparecido el cadáver desnudo de un joven con la cabeza de un toro incrustada. Una macabra recreación del Minotauro.Poco después Anaïs se entrevistaba con el psiquiatra Mathias Freire para preguntarle sobre uno de sus pacientes del hospital. Un hombre misterioso al que Mathias había diagnosticado «fuga disociativa»: un tipo de amnesia en la que el enfermo se crea otra identidad.Desde ese momento Anaïs y Mathias se sumergen en un caso laberíntico. Solo saben que alguien ha estado matando desde hace tiempo, cada vez copiando un mito de la Antigüedad. La clave para encontrarle está en la mente de un hombre que ha olvidado quién era.El nuevo y espléndido desafío del maestro del thriller francés.
Reseña
Mathias Freire es psiquiatra en el hospital especializado Pierre Janet
de Burdeos. Esta noche le toca guardia y le traen a un hombre que ha perdido la
memoria. Este hombre después de algunos intentos por saber quién es, consigue
recordar que se llama Pascal Mischell. Después de algunas averiguaciones,
Freire descubre que todo lo que le ha contado Mischell es falso, todo es una
invención. Esto le despierta sospechas sobre él mismo porque le vienen a la
memoria algunos recuerdos que no encajan con su vida actual.
En paralelo se comete un
asesinato de un mendigo que será investigado por Anäis Chatelet, capitán de la
policía judicial con tan solo 29 años. También se tiene que encargar de la
muerte de otro hombre asesinado en el País Vascofrancés porque coincide con una
de las huellas del asesinato anterior. Estas pistas llevan a Anäis Chatelet a
otros asesinatos cometidos en otras ciudades de Francia meses antes, en todos
ellos van apareciendo las mismas huellas aunque registradas, en cada ocasión, a
nombre de personas diferentes. Y todos los asesinatos escenificados para representar un ser mitológico.
Tirando de este hilo la capitán de la policía va detrás de un hombre
que tiene una rara enfermedad mental. Este hombre para huir de las dificultades
pierde la memoria de quién es en ese momento y se crea otra identidad totalmente
diferente. Este hombre es Mathias Freire y Anäis se propone desentrañar todas
las identidades que se ha creado este hombre, pero se encuentra con la
dificultad de que el propio Mathias está buscando también las diferentes personas que ha ido representando y que le ponen sobre la pista pequeños indicios
con los que se va encontrando. Estas investigaciones les lleva a ambos a un
descubrimiento siniestro que nos hace pensar si es lícito todo dentro de los
estudios científicos.
Con este argumento tan original, Grangé escribe una historia que me ha
mantenido sumido en la lectura. Un relato que no da un respiro en la acción
aunque no es una narración trepidante, los acontecimientos se van desarrollando
a un ritmo normal y en ocasiones resulta hasta pausado pero crea un ambiente
absorbente del que apenas he podido separarme, por lo que a pesar de sus 734
páginas su lectura se me ha pasado en un suspiro. Un final sorprendente pone el
broche de oro a esta novela que he disfrutado muchísimo.
Los personajes importantes en esta historia los vive Mathias Freire
según va descubriendo sus vidas anteriores por pequeños recuerdos y señales.
Todas y cada una de las personalidades que va recuperando nuestro protagonista
son complejas, con unas vidas nada convencionales y algunas fascinantes. Anäis
resultará un personaje complementario pero imprescindible que completará las
investigaciones y dará sentido a algunos de los descubrimientos sobre las
múltiples personalidades que adopta Mathias así como para resolver los
asesinatos con tintes mitológicos.
La novela está escrita de una forma sencilla con un vocabulario
cuidado y con bastantes diálogos. Unos diálogos muy bien construidos que
enriquecen la narración y consiguen que apreciemos lo bien cimentado que está
el argumento, no dejando ningún cabo suelto, ninguna fisura en la narración y
un final perfectamente cerrado que nos sorprenderá.




