Mostrando entradas con la etiqueta Juan José Becerra. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan José Becerra. Mostrar todas las entradas

miércoles, 24 de julio de 2013

Reseña La interpretación de un libro, Juan José Becerra

Título: La interpretación de un libro
Autor: Juan José Becerra
ISBN: 978-84-938903-2-2
Editorial: Candaya
Género: Narrativa
Páginas: 124
Precio:  14,00 €

Mariano Mastandrea, un escritor solitario y telediadicto, recorre diariamente en tren subterráneo la ciudad de Buenos Aires, esperando descubrir algún lector de su novela Una eternidad, que languidece apilada en las mesas de saldos de las librerías de la calle Corrientes. El encuentro con Camila Pereyra, conocida por los empleados del Jardín Botánico como la “loca de los libros”, será el inicio de una destructiva historia de amor que superpone dos intensidades (la de la lectura y la de los sentidos) y que convierte la pasión y la vida en representación e impostura.
 
Reseña

En esta ocasión voy hacer textualmente lo que dice el título de este libro. La reseña es la más subjetiva de todas las que he escrito desde que tomó vida el blog. He puesto la más, ya sé que todas las reseñas son subjetivas o muy subjetivas, pero en todas podemos basar nuestras opiniones sobre hechos objetivos: argumento, ritmo, ortografía, final, comienzo, encuadernación, etc. En el caso de este libro, cada lector tendrá una percepción y una interpretación independientemente de lo que le diga la sinopsis o el argumento. A mí, por lo menos, me ha pasado eso; siendo la sinopsis cierta, he entendido o imaginado otros hechos. Creo que es la mayor cualidad de este relato.

El argumento puede responder, esto es imaginación mía, a una inquietud de Juan José Becerra al escribir alguna de sus anteriores obras y que ha decidido poner negro sobre blanco. Algunos escritores, con este libro, podrían exorcizar el miedo al fracaso que seguramente se les pase por la cabeza cada vez que se ponen ante las hojas en blanco.

La interpretación  que le doy a la relación que se establece (incluyendo la sexual) entre el escritor Mario Mastandrea y su lectora Camila Pereyra es una alegoría sobre la relación tanto física (el autor ofrece un libro donde se muestra su creación) como intelectual (conjunto de ideas o historias que están en el soporte físico que es el libro y susceptibles de ser discutidas) que se establece entre las dos partes imprescindibles en la creación de un libro, sin esta relación esa creación literaria no tendría sentido.

La lectora Camila Pereyra ocupará el monoambiente del escritor Mario Mastandrea con copias de cuadros de Edward Hopper, en los que se representa a mujeres con un libro o sin libro; Camila le interpretará a Mario estos cuadros dentro de la relación que están viviendo.



La relación terminará cuando el escritor tiene una nueva necesidad creativa en forma de otro libro, retomando un hábito que había dejado de lado, siendo este el punto de inflexión; así como la lectora supera esa relación y abandona el monoambiente que es el apartamento (libro) del autor. Este tránsito no es trágico, no hay sufrimiento por el desamor; sucede cuando se dan cuenta de que cada uno debe continuar con la labor que se ha marcado. La relación sexual que se establece entre el autor y la lectora está contada en ocasiones de una forma muy explícita, en otras de una forma más somera pero cuando he llegado al final del libro, pensando en lo que he leído, concluyo que podría ser una metáfora del placer que recibe el escritor cuando sabe que la lectora ha disfrutado con su obra y el placer que recibe la lectora (que también recibe placer físico) al tener el libro entre las manos y disfrutar de la lectura. En ningún momento he tenido la sensación (creo que es un libro de sensaciones) de que la relación fuera una relación física.

Con una prosa muy cuidada y con modismos argentinos, Juan José Becerra, construye un libro que hay que leer de una forma pausada, releyendo algunos párrafos, para poder empaparnos en profundidad de lo que nos cuenta e incluso poder hacer nuestra interpretación de lo que estamos leyendo, dándonos un tiempo de reflexión antes de continuar la lectura. Tiene algunos diálogos, pocos, intensos y complejos entre el autor y su lectora que me han llevado a pensar que lo que quiere decir Mastandrea (el escritor) no coincide con lo que interpreta Camila Pereyra (la lectora). Por extensión, si lo llevamos a la vida real, sucede lo mismo entre autores y lectores. Interpretamos y sentimos los libros de una forma personal, independientemente de lo que quiera decir el autor y, quizás, esta es la magia que encontramos en ellos.

Me animé a la lectura de este libro depués de leer la reseña que hizo de él  Norah Bennett en su blog En el rincón de una cantina.

Un libro, creo, que no dejará indiferente a nadie.

Este libro lo incluyo en el reto 25 españoles.



Enzo desde Liberty Café