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miércoles, 11 de septiembre de 2013

Reseña Rojo y negro de Stendhal

Título: Rojo y negro
Autor: Stendhal (Marie Henri Beyle)
ISBN: 978-84-20675954
Editorial: Alianza Editorial
Género: Narrativa Clásica
Páginas: 636
Precio: 9,90 €

En un aserradero perdido en los bosques del Franco Condado, un joven seminarista despreciado por su ruda familia, lleno de sueños y ambiciones, lee un libro. Poco sospecha que su vida está a punto de dar un giro decisivo y que su entrada como preceptor en casa de monsieur de Rênal será el comienzo de su apertura al amor, a la vida y, finalmente, al crimen. En esta novela, inspirada en un hecho real, su joven e inolvidable protagonista, Julián Sorel, plebeyo enamorado y soberbio, rebelde e ingenuo, se verá sometido a la cruel piedra de toque que le ofrece un mundo dominado por las jerarquías, el dinero y el clero.

Reseña

El joven Julián Sorel tiene una memoria prodigiosa que le permite aprenderse la Biblia en latín, siguiendo las indicaciones de estudio del cura Chélan que lo tiene de seminarista en su iglesia. Julián no quiere seguir la tradición familiar y trabajar en el aserradero propiedad de su padre, lo que quiere conseguir es ser cura o soldado y que esto le permita trepar a las más altas capas sociales y a las rentas que conlleva este estatus social. El cura Chélan recomienda al alcalde de Verrières, monsieur de Rénal para sus hijos, a Julián Sorel como preceptor por saber la Biblia en latín.

A partir de este momento comienza una novela de enredos, que se acerca a una comedia de enredos (creo que sin pretenderlo Stendhal) por las situaciones surrealistas que me he encontrado. Julián Sorel es un joven ambicioso, soberbio, ingenuo y enamoradizo. Ya en su trabajo de preceptor en casa de monsieur de Rénal comienzan los primeros actos extravagantes y equívocos a raíz de unos razonamientos próximos a la idiotez, visto con los ojos actuales. El comportamiento extraño de Julián lleva a madame y monsieur de Rénal a interpretar de forma errónea los pensamientos e intenciones de este, esto es el comienzo de su ascenso social que le llevará hasta París, donde seguirá aumentando su prestigio social a las órdenes del marqués de la Mole.

Una novela que nos hace una fotografía de la sociedad francesa del siglo XIX, después de la caída de Napoleón. Lo primero que se puede constatar es que la Revolución no sirvió de nada, los nobles y el clero siguen manteniendo sus privilegios y el prestigio social depende siempre del grado de nobleza o cargo clerical que se ha conseguido y de los ingresos que esto conlleva. Lo único que ha quedado de la Revolución son las elecciones a determinados cargos públicos, que están perfectamente amañadas para que los poderosos o sus protegidos consigan dichos cargos.

Con algunos cambios importantes en la sociedad actual como la perdida de poder del clero (por lo menos no tienen tantísimo poder como en el siglo XIX) y con la perdida total del poder de la nobleza (sólo tienen dinero, los que lo tienen), si lo sustituimos por políticos y partidos políticos, seguimos encontrando las mismas situaciones de nepotismo y enchufismo (tan de actualidad); gentes que consiguen trepar socialmente sin haber demostrado ningún valor personal para ocupar los puestos que ocupan. La conclusión que he sacado es que en este aspecto la sociedad no ha evolucionado nada, prima la opinión subjetiva del que detenta el poder y no se aplican métodos objetivos para elegir a los que deben dirigirnos.

Aunque esta novela está basada en un hecho real, tengo que destacar la personalidad que Stendhal le crea a Julián Sorel, porque supongo que el autor desconoce los pensamientos íntimos del hombre en el que está basada esta novela. Esta personalidad me ha desconcertado a mí y a los personajes de la novela; en ocasiones me ha provocado unas ganas irrefrenables de partirle la cara, en otras he empatizado (nunca simpatizado) con sus pensamientos y acciones pero en ningún momento me ha dejado indiferente y en ocasiones incluyendo situaciones cómicas. El resto de los personajes cumplen con las personalidades típicas de la época, aunque también están muy bien definidos y en el caso de las mujeres que se relacionan con Sorel, inteligentes y valientes.

La lectura de la novela me ha resultado de un ritmo tranquilo, pasando de un enredo a otro que me ha mantenido muy interesado y en ocasiones me ha divertido y arrancado más de una sonrisa con las situaciones tan surrealista que acontecen; hasta llegar a la parte final de la narración, más o menos las últimas cien páginas, que aumenta la intensidad de la historia y pasa a ser absorbente hasta conocer el final. Un final que me ha sorprendido mucho pero que resulta irremediable y más si le sumamos la personalidad tan peculiar de Julián Sorel, absolutamente irremediable.


 Enzo desde Liberty Café