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martes, 2 de abril de 2013

Reseña La piedra angular, Emilia Pardo Bazán

Título: La piedra angular
Autor: Emilia Pardo Bazán
ISBN: 978-84-376-3116-5
Editorial: Ediciones Cátedra
Género: Novela realista
Páginas: 198
Precio:  8,20 €

“La piedra angular” (1891) se adentra en la historia de un verdugo, su hijo y del hombre que intentará redimirlos del destino funesto que los acecha. En una España convencida de la necesidad de la pena de muerte, pese a las intolerables circunstancias de desigualdad en las que se vivía, la hipocresía dominante abomina del hombre que aprieta el cuello de los condenados. Emilia Pardo Bazán nos enseña en esta novela el estado de cosas y la lucha moral de unos personajes resultantes de la mezquindad moral y la miseria.

Reseña

Me fijé en esta novela cuando leí su sinopsis (está claro que la portada no me sugería nada relacionado con el argumento) y automáticamente me vino a la cabeza el recuerdo de la película de Luis García Berlanga El verdugo, ya que el argumento nos habla de un verdugo, de su hijo y los problemas que tienen, pensé que podía tener cierto parecido y como tantas otras veces que me pongo a adivinar, me equivoqué totalmente.

En esta novela “la piedra angular” hace referencia a la pena de muerte y por extensión al cadalso. Toda la novela es una reflexión sobre la conveniencia de eliminar la pena de muerte que abandera el médico Pelayo Moragas contra la idea de mantenerla vigente que apoyan las fuerzas reaccionarias de la ciudad. Pero no sólo nos habla de la pena de muerte, también nos muestra la hipocresía y el conflicto moral reinante en Marineda, así llama la autora a La Coruña, y por extensión en toda España ante la idea general de mantener la pena de muerte y a su vez despreciar al que tiene que ejecutarla hasta llevarle a la exclusión social, a él y a toda su familia, negándole el acceso a cualquier contacto con el resto de la sociedad, llegando al límite de negarle a Telmo, el hijo del verdugo Juan Rojo, la educación prohibiéndole su asistencia al Instituto. Los jueces que aplican las leyes, los policías que detienen a los delincuentes, las autoridades que mantienen vigente esta ley y el resto de la sociedad que está encantada con que exista (la pena de muerte) pero abominan de quién tiene que aplicarla. En el transcurso del relato nos plantea otras dos cuestiones muy delicadas de enjuiciar. Una es qué es más importante el deber y la palabra dada o el amor y la otra cuestión es si puede haber un homicidio justificado. Aparentemente la contestación es fácil y se nos viene a la boca rápidamente pero después de leer esta novela dudaremos, nos dará argumentos buenos para cualquiera de las contestaciones posibles.

Con estas premisas de partida Emilia Pardo Bazán construye una novela muy sólida, con unos personajes muy bien definidos que nos ayudan a ir analizando las cuestiones que se enfrentan en el argumento, llevado adelante todo por el médico Pelayo Moragas que es quién hace avanzar el relato junto con Juan Rojo, el verdugo, y su hijo Telmo. Es un relato que nos enseña el estado de las cosas y la lucha moral de los personajes en una España pródiga en excesos  como fue el final del siglo XIX y me parece que sigue teniendo plena vigencia hoy en día. Afortunadamente en nuestra sociedad no existe la pena de muerte pero la figura del verdugo la podemos cambiar por otras personas que están excluidas socialmente y veremos que tenemos los mismos defectos que en la sociedad de finales del siglo XIX. Toda la novela es una proclama contra la pena de muerte y por su abolición. Una novela muy humana con un final absolutamente sorprendente y conmovedor.

La novela tiene un lenguaje un tanto complejo ya que utiliza vocablos gallegos, asturianos, rurales, galicismos y algunas palabras en desuso, esto queda resuelto porque tenemos notas aclaratorias a pie de página. Tiene una prosa muy cuidada que nos da idea del nivel cultural que alcanzó Emilia Pardo Bazán. Resulta estimulante porque salimos del vocabulario estándar al que estamos acostumbrados en casi todas las lecturas actuales. Este leguaje masajea las meninges que siempre viene bien.

No había tenido el placer de leer nada de esta autora, sabía de ella por los estudios en el Instituto, que fueron bastante escasos, por lo que me ha sorprendido muy positivamente y estoy seguro que no será la única obra que lea de esta gran escritora.

La portada no me parece la más sugerente para animar a leer este libro y pienso que algunos se desanimarán a su lectura porque queden desconcertados. Hay que taparse los ojos ante la portada, abrir la novela y empezar a leer, creo que os llevaréis una grata sorpresa como me la he llevado yo.

Esta novela corresponde al reto Seamos realistas.



 Enzo desde Liberty Café