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lunes, 8 de julio de 2013

Reseña La paz de los sepulcros, Jorge Volpi

Título: La paz de los sepulcros
Autor: Jorge Volpi
ISBN: 978-84-15098-84-3
Editorial: Editorial Alrevés
Género: Novela negra
Páginas: 249
Precio:  17,00 €

La aparición del cuerpo sin vida de Alberto Navarro, ministro del Interior mexicano y posible candidato a la presidencia del país, junto al cadáver de un hombre desconocido en la habitación de un hotel de las afueras de la capital mexicana, conmueve a una sociedad desafortunadamente acostumbrada a la corrupción y el despotismo de sus gobernantes, los abusos del ejército y la violencia sanguinaria de sus cárteles de droga y delincuentes.
Pero para Agustín Oropeza, periodista de la prensa amarilla, el doble asesinato va más allá de una exclusiva para la Tribuna del escándalo, cuando reconoce la identidad del cadáver del hombre que perdió la vida junto al asesinado ministro.
Con el estilo reflexivo y magistral que caracteriza a Jorge Volpi, y sin omitir la aplastante realidad de México, el autor nos adentra a través de Oropeza en el submundo de la prostitución infantil, funcionarios corruptos y una vida nocturna colmada de drogas y de una actividad sexual frenética que convive con una sociedad que coexiste con el miedo, el asombro y el apetito por lo morboso. Son tiempos de desolación en que cabe preguntarse qué sucede en las altas esferas y qué esconde la realidad política.

Reseña

Agustín Oropeza, reportero del periódico Tribuna del escándalo, y Juan Gaytán, fotógrafo del mismo periódico, encuentran asesinados a Alberto Navarro, ministro de Justicia mejicano, y otro hombre que no pueden identificar porque no tiene la cabeza. Agustín analizando las fotografías de la escena del crimen descubre que la otra víctima es un amigo íntimo de adolescencia con el que había perdido el contacto, su nombre es Ignacio Santillán.

A partir del momento en que reconoce a Ignacio Santillán (lo reconoce por un detalle que solo él sabe) toma la investigación por su cuenta sin informar a la policía que ha descubierto la identidad de la segunda víctima. En los primeros momentos de la investigación los datos que va encontrando le van dando algunas pistas que no le llevan a ninguna parte hasta que la investigación le da un giro de 180º y comienza a descubrir un submundo en el que estaban inmersos las dos víctimas. Todo ese submundo está relacionado con la política, la corrupción y la parte más sórdida de los seres humanos.

A la vez que se va desarrollando la investigación, Volpi nos va haciendo una serie de fotografías de la sociedad actual mejicana y por extensión de la sociedad desarrollada absolutamente reales y, en mi opinión, muy descorazonadoras.

Quiero incluir un párrafo que refleja perfectamente la idea de la novela y que Volpi ha pensado de una manera fantástica: ¿La verdad? Independientemente de que exista o no, lo cierto es que el liberalismo de nuestras instituciones nos permite gritarla y corearla, incluso en los medios de comunicación, proclamar nuestra inocencia o nuestra culpa –somos criaturas protegidas con derechos humanos y libertad de expresión- , pero, inevitablemente, por más que la digamos y repitamos una y otra vez, a nadie le interesa escucharla. Cada uno tiene la suya propia, sus propias visiones y sus propios conflictos; todos estamos demasiado ocupados para investigar –o siquiera oír- la opinión ajena, que no pasa entonces de ser un mero entretenimiento –fugaz, como debe ser-, un tema más entre los miles que nos llegan y ahogan todos los días.

Me he encontrado con una novela que no es una novela negra al uso. Jorge Volpi con una prosa magnífica pone a la sociedad ante su propio retrato para que se admire pero ha resultado ser el retrato de Dorian Gray. En esta ocasión aparte de los asesinatos de rigor y su investigación, Jorge Volpi hace una crítica a la sociedad de la información. Una sociedad que cuanto más información tiene y maneja se demuestra más fácil de manipular por un lado y por el otro incapaz de recordar o extraer lo más importante de toda esa información, para actuar en consecuencia y de una manera coherente. Las noticias de los últimos cinco minutos harán olvidar las del último cuarto de hora y de esta manera el que tiene el poder, a través de los medios de comunicación que controla, ofrecerá la información que le interesa. Los asesinatos, las víctimas y los asesinos pasan a un segundo plano, el tiempo ha pasado y con un poco de maquillaje en la información todo el asunto deja de tener importancia. El resultado es desalentador pero absolutamente real.

Hay también una crítica a la clase política. No es una crítica directa, explícita, es una crítica que viene dada por el desarrollo de la narración; como actúan, los abusos que cometen, las corrupciones y delitos que se permiten para poder mantenerse en el poder. Es fácil encontrar similitudes con la situación política actual en todos los países del mundo, que llamamos, civilizado.

Además de una buena novela de crímenes, como se espera de ella, me ha hecho recapacitar (creo que esto les sucederá a todos los que la lean) sobre como tengo recibir, elegir y procesar la cantidad ingente de información a la que tengo acceso, a la que todos tenemos acceso, para evitar en lo posible que me engañen o me manipulen (que me mientan es imposible que lo pueda evitar pero sí está en mi mano no dejarme engañar o manipular, como dice el proverbio “si me engañas, la primera vez es culpa tuya, la segunda vez es culpa mía”). No es una novela para pasar el rato únicamente, creo que aporta unas ideas importantes sobre la sociedad actual y nuestra relación con esta sociedad, me parece imprescindible pensar en ello. 

Lectura que incluyo dentro del reto 25 españoles.



Enzo desde Liberty Café