Título: La tragedia de Wilson Cabezahueca
Autor: Mark Twain
ISBN: 978-84-376-3100-4
Editorial: Ediciones Cátedra
Género: Novela realista
Páginas: 323
Precio: 15,30 €
Mark Twain revela en esta novela la ansiedad finisecular norteamericana ante la incertidumbre de lo que es realidad y ficción, de lo que constituye verdaderamente la identidad. El tema del doble, la duplicidad, el disfraz, son parte de las obsesiones fabuladoras de Mark Twain y se aúnan en este relato para subrayar la ambigüedad que encierra el mismo concepto de identidad: una ficción más de la ley y de la sociedad. David Wilson —el personaje que da nombre a la obra, abogado y detective frustrado durante más de veintitrés años— vive obsesionado por una ciencia que a finales del siglo XIX era novedosa y que tenía por objetivo la creación de un archivo de huellas dactilares para identificar sin error posible a los individuos y situarlos dentro de las categorías raciales determinadas por la ley. La esclava Roxy, negra de apariencia blanca, aterrada ante la posibilidad de que su bebé —también blanco en apariencia— pueda ser vendido por el amo, cambia a su hijo por el vástago del amo con el fin de salvarlo de la muerte social que representaba el sistema esclavista.
Reseña
David Wilson llega a la localidad de Dawson's Landing en el estado de Mossouri a orillas del río Mississippi, para ganarse la vida ejerciendo la abogacía. En los primeros días de estancia en Dawson's Landing, conversando con algunos vecinos le mal interpretan unas palabras irónicas que dijo y esde entonces le apodaron Cabezahueca. A raíz de esa anécdota su carrera como abogado queda arruinada y David Cabezahueca comienza a trabajar de contable, ya que ningún vecino le confió ningún pleito de los que tuvieron que afrontar en el futuro. El tiempo libre que le deja su trabajo lo dedica a coleccionar las huellas dactilares de sus vecinos, creando un historial dactilar de diferentes épocas de todos ellos. Una ciencia que comenzaba a desarrollarse en aquellos momentos como apoyo a las investigaciones policiales y que le sirvió, después de veintitres años, para que le restituyeran el prestigio perdido.
Roxy, una esclava negra con apariencia de blanca, tiene un hijo llamado Chambers de la edad del hijo de su amo Percy Northumberland Driscoll y que se llama Thomas à Becket Driscoll. Como teme que algún día el amo venda a su hijo, Roxy lo cambia por el hijo del amo con el que guarda bastante parecido. El hecho de que fueran esclavos negros de piel blanca, Roxy y su hijo, tiene la explicación de que al tener las esclavas relaciones (normalmente forzadas) con sus amos u otros blancos, la piel se iba aclarando según pasaban las generaciones y así Roxy tenía una dieciseisava parte de sangre negra y Chambers tenía una treintaidosava parte de sangre negra. A los ojos de la sociedad esclavista de aquella época estas dos personas eran negras y esclavas como si su piel fuera negra. Después del cambio de los niños el resto de la narración se centra casi totalmente en la vida del falso Tom que pasa a ser el amo. El falso Tom será un joven mentiroso, timador, jugador, delicuente; un ser moralmente deleznable. Mientras que el verdadero Toma, el amo que pasa su vida como esclavo es trabajador, esforzado en sus quehaceres, cariñoso con su "madre". De esta manera, Twain, nos quiere hacer ver que un esclavo no será buena persona sino se le tiene doblegado mientras que un caballero será un hombre de honor aunque tenga que vivir como esclavo.
Mark Twain nos dibuja una sociedad encorsetada en unas normas rígidas regidas por el honor, la honradez y la presencia física. Como ya es de sobra conocido, la falta a estas normas podría llegar a costar la vida en duelos de honor. Una sociedad en la que es más importante la forma de vestir, la clase social y la apariencia que los valores morales para ser distinguido o rechazado socialmente. En la narración de la vida que lleva el falso Tom se ven claramente todos estos valores que Twain quiere retratar. El final queda resuelto de una forma satisfactoria como es habitual en estas novelas, los nobles de espíritu reciben su recompensa y los malvados su castigo. Es una novela con su carga moralizante como tenían muchas de estas novelas.
En el comienzo de cada capítulo Twain nos regala un aforismo que pertenece a un teórico “Almanaque” que escribió Wilson Cabezahueca. En estos aforismos encontramos reflexiones muy ingeniosas y todas con mucho sentido del humor. Este almanaque lo crea Twain en imitación a uno muy conocido que escribió Benjamín Franklin llamado Poor Richard’s Almanac, pero está escrito en sentido totalmente opuesto al almanaque de Franklin, este es optimista y el de Cabezahueca (Twain) es pesimista. Estos aforismo hay que tenerlos anotados siempre a mano como recordatorio porque son francamente buenos y nos ayudarán a cuidarnos en la vida cotidiana. Estos son algunos ejemplos de los que más me han llamado la atención:
- Adán era humano y eso lo explica todo. No deseaba la manzana por sí misma, sino que la anhelaba solo porque era algo prohibido. El error radicó en no prohibir la serpiente, ya que en ese caso, se la habría comido.
- Esforcémonos en vivir de tal manera que, cuando muramos, hasta la funeraria lo sienta.
- No sería bueno que pensasemos todos igual. Es la diferencia de opinión lo que sustenta las carreras de caballos.
- El sacro fervor de la Amistad posee una naturaleza tan dulce, imperturbable, leal e imperecedera que puede durar toda la vida, mientras no se le pida dinero prestado.
Como siempre Cátedra nos trae una edición muy cuidada de las novelas clásicas. Nos proporciona una biografía suficiente del autor y el ambiente social en el que fue escrita la novela, así como explicaciones de investigadores de la obra de Twain que nos descubren las motivaciones del autor para escribir esta obra. Dentro del texto de la novela también encontramos anotaciones a pie de página que nos ayudan a comprender mejor el desarrollo de la narración.
Una novela muy recomendable que me ha hecho pasar un rato delicioso, con una lectura sin prisa pero sin pausa
Novela que pasa a engrosar el reto Seamos realistas.
Enzo desde Liberty Café
Pues mira, este te lo copio porque me falta de leer y Twain me encanta!
ResponderEliminarBesos
Madre mía, esta la leí hace años en clase de inglés, ¡qué recuerdos! Me parecieron unos personajes muy surrealistas, pero apenas recuerdo la historia... es hora de volver a leerla.
ResponderEliminarLa verdad es que Twain no conozco casi nada (dejando de lado Tom Sawyer y Huckleberry Finn). Me lo apunto.
ResponderEliminarBesos!
Pues no lo conocía, de Twain sólo he leído Tom Sawyer y además fue hace muchos años en versión infantil, o lo que es lo mismo, nada. Este tiene buena pinta y parece una buen comienzo.
ResponderEliminarBesos
Me gusta Twain pero no conocía este libro. Me ha gustado el argumento, no es muy complicado pero a veces en la sencillez encontramos lo realmente interesante. Los aforismos geniales, el de la funeraria me ha hecho mucha gracia.
ResponderEliminarBesos!
A Twain lo tengo totalmente abandonado. Este parece un buen ejemplo para retomarlo. Quisiera tener 7 vidas para leer todo lo que quiero!!! Besos.
ResponderEliminarHace años leía a Twain, aunque hace tiempo que lo dejé. Debería volver a él porque la verdad es que sus historias siempre eran una gran denuncia de distintas situaciones totalmente injustas y me parecían no solo entretenidas sino también muy interesantes.
ResponderEliminarGracias por recordármelo.
Un saludo.
De Twain solo he leído Tom Sawyer y en la estantería tengo a Huckleberry Finn, totalmente abandonado. Tu reseña ha hecho que me vengan ganas de volver a leer a este autor que ya en su día me gustó mcuho. Y por supuesto que me apunto este título :D me gustan las novelas realistas que tratan los temas de la esclavitud. Un abrazo!
ResponderEliminarBuena reseña, Enzo. Me queda la sensasión que has decidio cambiar un poco el género de tus lecturas y, como todavía no he leído nada de Twain, me llevo el título apuntado. Investigaré si es una buena novela para iniciarse con el autor. Gracias,
ResponderEliminarMe la apunto sin dudar, leí Tom Sawyer hace ya mucho tiempo...y no he vuelto a catarlo. Así que con esta me animo.
ResponderEliminarUn beso!
ResponderEliminar¡Hola! he abierto mi blog hace aproximadamente un mes, y te escribo porque me gustaría que lo conocieras haciéndome una visita. Espero que te guste y que pueda verte a menudo por él. Yo también me iré pasando por tu blog.
Un saludo y gracias.
http://humanidadesyalgomas.blogspot.com.es/
Wow, Mark Twain y uno de los que me falta. Es un escritor que me apasiona aunque me faltan estas obras. Me lo apunto y lo leo pronto. Tu reseña me ha provocado ganas. un abrazo :)
ResponderEliminarHace mucho que no leo autores 'clásicos' como es este caso, pero algún día tengo que probar con él...
ResponderEliminarBesos.
Me ha encantado la cita de la funeraria! Yo aún no me he estrenado con el autor.
ResponderEliminarBesos
De Twain no he leído nada, pero no tiene mala pinta. Si tengo la oportunidad de leerlo lo haré sin dudar ;)
ResponderEliminarBesitos ^^
Me has convencido del todo. Tengo el reto de realistas abandonado y esta me parece otra gran opción. Coincido en lo de las ediciones de Cátedra. Besos
ResponderEliminarHola Enzo, me lo apunto, de Twain no he leído nada y es algo que debo subsanar con urgencia.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Besos
No he leído a Twain a pesar de su fama y su buen hacer literario, qué desastre! Y aún no he empezado con el reto realista, por lo que tu entrada de hoy me deja un tanto deprimida... Tendré que ponerle remedio! 1beso!
ResponderEliminarTengo muchas ganas de leerlo, el autor me gusta mucho y todos habláis super bien del libro =)
ResponderEliminarBesotes
De Twain solo he leído el típico, Tom Sawyer, y me gusta su ironía...
ResponderEliminarBesines,
No he leído nada de Twain, pero me has convencido totalmente con esta novela. Apuntada queda.
ResponderEliminar1beso:)