Autor: Ildefonso Falcones
ISBN: 978-84-253-5052-8
Editorial: Grijalbo
Género: Novela histórica
Páginas: 747
Precio: 22,90 €
«Canta hasta que la boca te sepa a sangre...» En enero de 1748, una mujer negra deambula por las calles de Sevilla. Atrás ha dejado un pasado esclavo en la lejana Cuba, el hijo al que nunca volverá a ver y un largo viaje en barco hasta las costas españolas. Caridad ya no tiene un amo que le dé órdenes, pero tampoco un lugar donde cobijarse cuando se cruza en su camino Milagros Carmona, una joven gitana de Triana por cuyas venas corre la sangre de la rebeldía y el arte de los de su raza. Las dos mujeres se convierten en inseparables y, entre zarabandas y fandangos, la gitana confiesa a su nueva amiga su amor por el apuesto y arrogante Pedro García, de quien la separan antiguos odios entre ambas familias. Por su parte, Caridad se esfuerza por acallar el sentimiento que está naciendo en su corazón hacia Melchor Vega, el abuelo de Milagros, un hombre desafiante, bribón y seductor aunque también firme defensor del honor y la lealtad para con los suyos.Pero cuando un mandato real convierte a todos los gitanos en proscritos, la vida de Milagros y Caridad da un trágico vuelco. Aunque sus caminos se separan, el destino volverá a unirlas en un Madrid donde confluyen contrabandistas y cómicos, nobles y villanos; un Madrid que se rinde a la pasión que emana de las voces y bailes de esa raza de príncipes descalzos.Ildefonso Falcones nos propone un viaje a una época apasionante, teñida por los prejuicios y la intolerancia.Desde Sevilla hasta Madrid, desde el tumultuoso bullicio de la gitanería hasta los teatros señoriales de la capital, los lectores disfrutarán de un fresco histórico poblado por personajes que viven, aman, sufren y pelean por lo que creen justo. Fiel reflejo de unos hombres y mujeres que no agacharon la cabeza y que alzaron la voz para enfrentarse al orden establecido.
Reseña
Estaba expectante con la publicación de esta novela, tenía una gran curiosidad por todos los comentarios que oía y leía sobre ella. La catedral del mar es una novela que me dejó muy buen sabor de boca y quería repetir experiencia. Y no me ha defraudado, al contrario, esta novela me parece más trabajada, más compleja, con diferentes tramas de las que estar pendiente.
La novela está montada sobre un armazón que, en principio, puede parecer simple y es la ley que promulgó Felipe V, aconsejado por el marqués de la Ensenada, de hacer desaparecer a los gitanos de España, como antes lo habían hecho con los judíos y los árabes. Esto sería la parte histórica que le sirve al autor para contarnos la historia de una esclava negra cubana, Caridad, que toma contacto y acaba conviviendo, después de pasar por bastantes dificultades, con la familia gitana de los Vega que viven en Sevilla. A partir de aquí va desarrollando el argumento y no me ha dado un minuto de descanso. Las luchas por sobrevivir en unas ocasiones, las reyertas en otras, las relaciones afectivas y pasionales, la convivencia entre familias gitanas, entre gitanos y el resto de la sociedad dan como resultado una tensión narrativa constante durante las 747 páginas que tiene la novela.
Esto me ha sorprendido porque, normalmente, en novelas con este grosor se pasan diferentes etapas de lectura, etapas de acción y tensión, otras más relajadas de transición a los siguientes momentos de emoción, pero en esta novela no es el caso, es emocionante constantemente y con la misma intensidad en los diferentes frentes que tiene abiertos el autor, esto hace que la haya leído con pasión y no haya tenido ganas en ningún momento de dejar de leer, me enganchó y deleitó hasta la última página. Consigue sumergirnos en la sociedad gitana y pasamos toda la novela sintiéndonos dentro de esta raza haciéndonos ver a los payos como ajenos. La narración transita entre la realidad del presente y recuerdos y acciones del pasado, perfectamente sincronizados unos con otros y diferenciados unos de otros, por lo que no provoca desconcierto al lector y nos ayuda a conocer las circunstancias presentes y comprender mejor el relato.
Esto me ha sorprendido porque, normalmente, en novelas con este grosor se pasan diferentes etapas de lectura, etapas de acción y tensión, otras más relajadas de transición a los siguientes momentos de emoción, pero en esta novela no es el caso, es emocionante constantemente y con la misma intensidad en los diferentes frentes que tiene abiertos el autor, esto hace que la haya leído con pasión y no haya tenido ganas en ningún momento de dejar de leer, me enganchó y deleitó hasta la última página. Consigue sumergirnos en la sociedad gitana y pasamos toda la novela sintiéndonos dentro de esta raza haciéndonos ver a los payos como ajenos. La narración transita entre la realidad del presente y recuerdos y acciones del pasado, perfectamente sincronizados unos con otros y diferenciados unos de otros, por lo que no provoca desconcierto al lector y nos ayuda a conocer las circunstancias presentes y comprender mejor el relato.
Tiene cinco personajes principales: María Vega, la abuela del clan gitano; Melchor Vega, el padre; Ana Vega, hija de Melchor; Milagros Carmona, hija de Ana y Caridad, la esclava cubana. Estos cinco personajes están dotados de una fuerte personalidad así como de unos valores inquebrantables dominados por el amor y la lealtad a la familia, el honor como bien supremo sin el cual la vida no tiene sentido, la amistad y el orgullo de raza. Me ha impresionado especialmente el personaje de Caridad, esa mentalidad de esclavo que renuncia a todo de una forma natural, que le ha sido grabada en su cerebro a base de castigos salvajes y un trato que no le daban ni a los animales.
Una parte interesante de la novela es la descripción detallada de la ciudad de Sevilla y de la villa de Madrid, sus calles, sus construcciones, sus habitantes y sus costumbres. Nos habla de otras ciudades como Cádiz, Tarragona, Málaga, Zaragoza o el pueblo de Barrancos. Aunque son unas descripciones en ocasiones casi fotográficas en ningún momento me han resultado aburridas o tediosas, están perfectamente engarzadas en la narración, con las situaciones que viven los personajes y resultan totalmente naturales y esto me ha dado a conocer, sin esfuerzo, como era la vida del siglo XVIII.
Algo importante en la novela es la música y canciones gitanas. No sólo he disfrutado de "oír" y sentir la música, también he conocido sus orígenes y su desarrollo a través del tiempo, lo que hoy llamamos "fusión", con lo que demuestra el autor un gran trabajo de documentación en toda la novela.
El resultado de todo lo anterior es una novela medida, con todos los frentes resueltos y bien resueltos, no quedan situaciones sin resolver ni el autor utiliza ningún ardid para resolverlas precipitadamente, los tiempos transcurridos en las diferentes situaciones son lógicos y ajustados para hacerlos coincidir con la lógica de los acontecimientos y con la historia.
Enzo desde Liberty Café
