Título: El juego de las tres cartas
Autor: Marco Malvaldi
ISBN: 978-84-233-2960-1
Editorial: Destino
Género: Narrativa
Páginas: 209
Precio: 17,90 €
En Pineta tiene lugar una importante convención de Química a la que acuden expertos y estudiantes de todos los lugares del mundo. Uno de los asistentes más prestigiosos, el profesor japonés Asahara, se siente enfermo tras la cena y sufre una parada respiratoria, aunque se hace necesario ordenar una autopsia que despierta sospechas.
¿Ha muerto envenenado?
Massimo, el dueño del BarLume, se ve implicado en el asunto ya que fue el encargado de preparar el catering de la cena.
Retenidos en la población mientras duran los interrogatorios, los participantes a la convención suelen reunirse en el bar para discutir el caso, y una vez más, se inicia una investigación colectiva.
Reseña
Esta novela no la he catalogado como negra o policiaca porque no me lo ha parecido en la forma estricta de este tipo de novelas y me explico. Hay un "asesinato", hay una investigación policial y una investigación accidental y paralela de Massimo, el protagonista de la novela. Pero me parece más importante las relaciónes personales que se establecen entre los personajes principales. Massimo, el propietario del Bar Lume; Tiziana, empleada del bar; Aldo, propietario de un restaurante y socio de Massimo en el catering; Del Tacca, jubilado y cliente habitual del bar; Ampelio, abuelo de Massimo y jubilado de correos; Pilade, jubilado y cuarto integrante con los tres anteriores de un grupo que se reune en el Bar Lume a jugar a las cartas.
La parte que corresponde al "asesinato" y la investigación policial es muy simple y reducida. Lógicamente hasta el final no se desentraña la historia, pero lo que es el desarrollo son como pinceladas dentro del resto del relato, digamos que para hacernos una idea de lo que tiene que descubrir Massimo y el resto de integrantes del bar.
La historia es muy sencilla y es de lectura ágil, rápida, a ello también ayuda que las letras son mayores que la media. Con frases cortas en la mayoría de las ocasiones, concretando las ideas y conversaciones como para conseguir casi que veamos la novela como una película. Las descripciones del bar, del hotel, de Pineta también son como fotografías, no cuesta trabajo imaginar en que lugares se desarrolla la acción.
También había leído la novela anterior de este autor, La brisca de cinco. Las dos son iguales en los plateamientos, personajes y forma de desarrollarse. Cambia el delito, el delincuente y las personas que rodean a estos dos (delito y delincuente). El final está bien resuelto.
El nombre del juego de cartas como título es lo que utiliza el autor para, en una parte de la investigación, hacer una comparativa de las reglas del juego con una situación creada. La situación creada es una excusa para poner el título y no tanto por la necesidad de la historia.
Es una lectura entretenida, yo la he leído en una tarde y es fácil hacerlo (si lo he hecho yo), que sirve para pasar el rato, no provoca emociones, ni positivas ni negativas, un puro divertimento con golpes de humor realmente graciosos y esto la hace más amena. Está bien para intercalarla entre otras dos lecturas que deseemos más o incluso en medio de un libro de muchas páginas, para oxigenar un poco, esto último es lo que he hecho yo. En una tarde que no sepamos muy bien que hacer.
La parte que corresponde al "asesinato" y la investigación policial es muy simple y reducida. Lógicamente hasta el final no se desentraña la historia, pero lo que es el desarrollo son como pinceladas dentro del resto del relato, digamos que para hacernos una idea de lo que tiene que descubrir Massimo y el resto de integrantes del bar.
La historia es muy sencilla y es de lectura ágil, rápida, a ello también ayuda que las letras son mayores que la media. Con frases cortas en la mayoría de las ocasiones, concretando las ideas y conversaciones como para conseguir casi que veamos la novela como una película. Las descripciones del bar, del hotel, de Pineta también son como fotografías, no cuesta trabajo imaginar en que lugares se desarrolla la acción.
También había leído la novela anterior de este autor, La brisca de cinco. Las dos son iguales en los plateamientos, personajes y forma de desarrollarse. Cambia el delito, el delincuente y las personas que rodean a estos dos (delito y delincuente). El final está bien resuelto.
El nombre del juego de cartas como título es lo que utiliza el autor para, en una parte de la investigación, hacer una comparativa de las reglas del juego con una situación creada. La situación creada es una excusa para poner el título y no tanto por la necesidad de la historia.
Es una lectura entretenida, yo la he leído en una tarde y es fácil hacerlo (si lo he hecho yo), que sirve para pasar el rato, no provoca emociones, ni positivas ni negativas, un puro divertimento con golpes de humor realmente graciosos y esto la hace más amena. Está bien para intercalarla entre otras dos lecturas que deseemos más o incluso en medio de un libro de muchas páginas, para oxigenar un poco, esto último es lo que he hecho yo. En una tarde que no sepamos muy bien que hacer.
Enzo desde Liberty Café
No lo conocía y me ha parecido muy interesante, como comentas, perfecto para leer en una tarde, me gustan estas historias más ligeritas para intercalarlas entre otras lecturas. Un saludo.
ResponderEliminarPuede ser interesante para la función que dices. Pero no acaba de convencerme, lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesos
Pues le tenía echado el ojo, no te creas, pero visto lo visto casi que lo dejo pasar...
ResponderEliminarBesos,
Hola.
ResponderEliminarNo conocía el libro y me ha llamado mucho la atención.
Te felicito porque la reseña es buenísima.
Besos.
Parece un libro interesante para leer en vacaciones o en fin de semana. Un beso.
ResponderEliminarNo lo conocía, pero creo que está bien, cuando necesitas una lectura, sobre todo, para evadirte
ResponderEliminarNo lo conocía, pero tampoco me llama mucho, por lo que cuentas, así que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tu lo has dicho para oxigenarse de otras lecturas más densas, a mi me gusta hacerlo.
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