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lunes, 2 de marzo de 2015

Reseña El espejo en el espejo, Michael Ende

Título: El espejo en el espejo
Autor: Michael Ende
Traducción: Fernando González Viñas
ISBN: 978-84-376-3344-2
Editorial: Ediciones Cátedra
Género: Relatos
Páginas: 305
Precio: 15,90 €

Las treinta narraciones de "El espejo en el espejo" conforman un delicioso laberinto literario en el que resuenan ecos mitológicos, kafkianos y borgianos. Michael Ende ahonda en temas como la búsqueda de la identidad, la desolación de la guerra, el amor, el absurdo de una sociedad entregada al mercantilismo, la magia, la angustia, la falta de libertad y la imaginación, entre otros. Temas que se entretejen junto a un sinfín de historias, escenarios y personajes como, por ejemplo, Hor, que mora en un edificio gigantesco, completamente vacío, donde cada palabra pronunciada en voz alta genera un eco infinito. O el muchacho que, bajo la experta dirección de su padre y maestro, sueña con tener alas y va creándolas pluma a pluma, músculo a músculo. O la catedral de ferrocarriles que contiene el templo al dinero y flota sobre el espacio vacío y crepuscular, negando la salida a los viajeros. O la comitiva que baja de las Montañas del Cielo en busca de la palabra perdida. Ángeles que braman con el sonido del bronce, bailarines que giran perpetuamente tras el telón, astronautas que arrastran carneros, puertas erigidas en mitad de la nada… son solo algunos de los muchos elementos de un libro que es un placer y un desafío para el lector.

Reseña

Vuelvo con otro libro de relatos. Su autor, Michael Ende, conocidísimo por La historia interminable, nos ofrece treinta relatos en la misma línea que su popular obra. Los cuentos son pura fantasía y todos con una cualidad muy destacable, conseguimos reconocerlos en nuestra propia vida y en las vidas de los que nos rodean. Nos trae la realidad a través de alegorías e imaginación para nuestro mayor placer.

Los personajes son imaginarios, son humanos o animales pero con alguna características fantásticas aunque reconocibles. Los lugares donde se desarrollan las diferentes narraciones también son soñados pero esto no impide que nos lleguen perfectamente y los comprendamos sin dificultad. Los lugares son espacios muy amplios con construcciones rectilíneas y poco terminadas pero todos encerrados entre vallas, setos o cualquier otro material que nos dé idea de cierre.

Ninguno de los relatos tiene título pero el título de la obra si está sacado de uno de los relatos. En varios de ellos encontramos historias que podrían ser los precursores de su obra más famosa, aunque no tienen el mismo argumento sí que encontramos la misma estructura e ideas parecidas que nos la recordarán. También nos la recuerda el hecho de que todas las narraciones son fáciles de leer, nos lleva dentro de cada historia como si cada lector fuera un personaje más. Las vivimos desde dentro, plantados en medio de los cuentos en los que participamos con los cinco sentidos. Tienen también una característica poco común y es que los finales son abiertos para que nuestra fantasía elija el broche que prefiere para cerrar cada cuento pero eso sí, nos esboza el camino a seguir y que no nos sintamos perdidos en ningún momento.

Ende se inventa un cuento con cualquier personaje y cuando digo personaje no tiene que ser necesariamente un ser humano o un animal, también sirven las estrellas, el cielo, un desierto. Con cualquiera de estos protagonistas sabe inventar una historia fantástica que no nos dejará indiferentes.

En esta ocasión no hay una diferencia notable de calidad entre historias. Todas me han gustado y me han llegado y no podría destacar las que me han gustado más, algunas me han gustado más que otras pero la diferencia no es apreciable. Lo importante de cada narración no es llegar al final para conocer el desenlace, lo importante es el camino de magia que recorremos y que nos va deleitando línea a línea. Toda esta prosa está adornada con un vocabulario rico, echando mano de metáforas sugestivas para despertar nuestra ensoñación.

Como en todas las ediciones de Cátedra, antes de comenzar los relatos, nos regalan una presentación de la obra. En esta ocasión se agradece especialmente porque conoceremos al padre de Michael Ende, el pintor Edgar Ende y después de conocerle como pintor entenderemos mejor la escritura de su hijo. Los dos nos muestran los mismos mundos, el padre con la pintura y el hijo con la escritua. También, para nuestro mayor deleite, la edición está adornada con ilustraciones que enriquecen la lectura.

Un libro que he disfrutado gracias a la maestría de Ende para llevarme al interior de cada relato y conseguir que me sienta dentro de cada paisaje que propone.