Título: La señorita Mackenzie
Autor: Anthony Trollope
Traducción: Rosa Sahuquillo Moreno y Susanna González
ISBN: 978-84-938972-7-7
Editorial: Editorial d'Época
Género: Narrativa
Páginas: 465
Precio: 24,50 €
Encontramos a nuestra heroína en plena Inglaterra victoriana. Margaret Mackenzie, una «solterona» de mediana edad que ha dedicado toda su vida al cuidado de los demás, recibe una inesperada y considerable herencia tras la muerte de su hermano y, por primera vez en su monótona existencia, se siente libre para buscar cierto grado de felicidad. Margaret decide mudarse entonces de su sombría casa de Londres a un alegre apartamento en la próspera y refinada comunidad de Littlebath donde, tal vez con un ojo puesto en su fortuna, los pretendientes se le van presentando uno tras otro...
En La señorita Mackenzie (1865), Trollope dibuja un retrato conmovedor de las dificultades a las que se enfrentaba una mujer soltera cuando carecía de recursos económicos propios, al tiempo que nos regala una descripción magistral de las costumbres sociales de la época victoriana.
Reseña
Margaret Mackenzie es una joven que pasa desapercibida, nadie la tiene en cuenta. Se limita a cuidar de su hermano Walter, gravemente enfermo. Su otro hermano y su cuñada no la quieren cerca, el negocio que dirige Thomas no genera muchos beneficios y su hermana sería una carga más, a la que no está dispuesto. Su hermano Walter fallece y ella hereda los bienes de su hermano y los bienes de un tío que habían ido a parar a su hermano, de la rama noble de la familia, los Ball.
Tras recibir la herencia decide salir de Londres e irse a vivir a Littlebath. Una comunidad pequeña en la que espera conseguir el sosiego suficiente que le permita pensar en lo que hará con su vida ahora que es una mujer con posibles. A ello se pone pero le resultará muy difícil porque, como suele suceder, en las comunidades pequeñas hay grandes tensiones provocadas por las formas sociales y las diferentes facciones que forman los vecinos. También a su vuelta a Londres tendrá que enfrentarse con sus familiares, que suelen ser más peligrosos que los vecinos.
No solo tiene que hacer frente a estas relaciones sociales tan problemáticas. Por la fortuna heredada comienza a ser visible para los posibles pretendientes y sin esperarlo se encuentra con cuatro hombres que pretenden su mano. Margaret esta abrumada por esta situación a la que no estaba acostumbrada. Esto hizo que su inteligencia fuera despertando, hasta ese momento todo se lo habían dado pensado por no tener ninguna responsabilidad, limitándose a cuidar de los demás.
Demuestra tener una aguda inteligencia, es muy observadora y perspicaz. No cae ante los cantos de sirena de estos hombres, que le ofrecen lo que en esta época victoriana era muy apreciado por la sociedad, una situación estable con un marido y una carga de hijos. Aunque esto no se detiene aquí porque también tiene que enfrentarse a la situación de la dudosa legalidad de sus derechos a la herencia recibida.
Nos encontramos ante una historia en la que nos presentan a un patito feo, Margaret Mackenzie, que poco a poco y obligada por las circunstancias va desplegando su inteligencia y personalidad hasta convertirse en un hermoso cisne. En el comienzo de la narración es alguien invisible, me llegó a sorprender que el título de la novela fuera el de este personaje, no muestra ninguna cualidad, es sumisa y se deja llevar por los que la rodean, algo por otra parte natural por el trato que se les dispensaba a las mujeres en la época en la que se desarrolla la historia.
Según avanza la narración la señorita Mackenzie crece, muestra sus habilidades en la cerrada sociedad de Littlebath, se enfrenta a la delicada situación de elegir pretendiente sin ofender a los otros aspirantes y sobre todo sabe hacer frente a su nueva vida con altibajos, que le ofrece la herencia recibida.
Cuando terminé la lectura yo también quería a la señorita Mackenzie. Un personaje deslumbrante por lo real que es, por su evolución y su resistencia firme a las convenciones sociales de la época. Un personaje al que su intuición e instinto le dota de una gran fuerza para luchar por la vida que desea aunque se tenga que enfrentar a una sociedad que aprieta como un corsé. Consigue lo que quiere con rebeldía pero mostrando humildad para no desatar los demonios sociales. Lo consigue meditando mucho cada paso que da y conociendo a cada uno de los que la rodean.
El resto de personajes que le acompañan en esta historia también son sólidos y muy bien dibujados aunque algunos tengan una presencia menor. Destacaría sobre estos a dos de sus pretendientes, su primo el señor John Ball y el señor Maguire, que tendrán una participación importante en la vida de Margaret Mackenzie, consiguiendo mantenernos en vilo durante una parte importante de la narración.
Todo esto nos viene de la mano de una prosa espléndida y un vocabulario cuidadísimo, incluyendo la traducción que me ha parecido intachable. El ritmo es pausado, tranquilo para disfrutar de cada palabra, de cada página leída. No se necesita de un final para gozar de su lectura.