Reseña El diablo de la botella y otros cuentos, R. L Stevenson

Título: El diablo de la botella y otros relatos
Autor: Robert Louis Stevenson
ISBN: 978-84-206-7451-3
Editorial: Alianza Editorial
Género: Relatos
Páginas: 282
Precio:  9,50 €

Esta recopilación de relatos, coloreados por la presencia de lo sobrenatural, ofrece la inconfundible combinación de indagación psicológica y acción, de fantasía imaginativa y minuciosa descripción ambiental que caracterizan el talento narrativo de Robert Louis Stevenson (1850-1894). “Los ladrones de cadáveres” relata una venganza de ultratumba; “Markheim” constituye un estudio psicológico de la lucha entre el bien y el mal; “Olalla” es una incursión de corte romántico en el tema de la licantropía; “El diablo de la botella” recrea una fábula alegórica en los Mares del Sur, y “La playa de Falesá” conjuga la mirada introspectiva con el relato de aventuras en un perfecto equilibrio teñido de ironía.

Reseña

Este libro del que traigo la reseña hoy está compuesto por cinco relatos. Los cinco no me han gustado por igual, como cabe suponer, pero sí me han gustado como para merecer un notable alto el que menos y sobresalientes los que más. El orden de la reseña de los relatos es directamente proporcional a lo que me han gustado.

Todos los relatos tienen un final en el que se sugiere una moraleja, el autor intenta dejar una enseñanza con cada uno de ellos.

Están escritos con una prosa muy cuidada y un estilo que me ha recordado a la forma de escribir de Edgar Alan Poe y también a Gustavo Adolfo Bécquer en sus Leyendas.

La playa de Falesá. Wiltshire comerciante de copra para una empresa inglesa nos cuenta en primera persona cómo es su llegada a la isla de Falesá. Tras su llegada tendrá que hacerse hueco en la sociedad isleña buscando proveedores de copra. Para ello entrará en competición con Case, el otro comerciante de copra de la isla, que hasta ese momento actuaba con los indígenas que recolectan la copra en régimen de monopolio. Stevenson nos hace una fotografía exacta de cómo es la sociedad indígena de estas islas del Pacífico, costumbres, división social, todo en un escenario paradisiaco; también conoceremos el régimen de explotación y engaño que mantenían los colonizadores sobre estos indígenas. Y como enseñanza nos deja que debemos de ser honrados y justos con los otros seres humanos, vivan donde vivan. Me ha parecido una historia muy bien pensada con un final muy imaginativo y sorprendente.

El diablo de la botella. El relato que da nombre a este libro nos cuenta la historia de Keave (nombre supuesto del protagonista, que el autor nos quiere hacer pasar por real), un hombre pobre, ambicioso y muy activo. Decide conocer mundo y se embarca en dirección a la ciudad de San Francisco. Allí conoció a un hombre que era propietario de una botella que encerraba al diablo. El diablo concedía todo lo que el propietario de la botella pudiera desear, pero como en todas estas historias la felicidad nunca es completa y la posesión de la botella tenía dos condiciones que podrían arruinar la vida del propietario. Las condiciones son muy originales y maquiavélicas, aunque sería mejor decir diabólicas. En este relato, Stevenson, nos plantea una historia mas lineal que el anterior; la narración nos cuenta la vida que lleva Keave peleando contra las condiciones que le impone el diablo de la botella, pero según nos acercamos al final se va volviendo por momentos angustioso sin que encontremos la solución al problema que tiene planteado. La moraleja de este relato sería que el amor todo lo puede y merece la pena sacrificar todo por la persona amada.

Olalla. Este relato es el que he encontrado más parecido con las Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. La historia se desarrolla en España. Un comandante inglés tiene problemas de salud y el médico le manda reposo en un castillo de una familia noble venida a menos. Este castillo lo podríamos localizar en el norte de España pero sin poder concretar más, aunque creo que en España no hay un lugar tan inhóspito como el que nos dibuja Stevenson. En el castillo viven una madre y sus dos hijos y necesitan el dinero del alquiler para sobrevivir. El protagonista en primera persona nos va relatando las realidades y ensoñaciones que va viviendo para descubrir a quién pertenece la voz que por la noche da unos alaridos de sufrimiento que le hacen estremecer. La madre y el hijo ocultan la presencia de Olalla, la hija, porque hará daño a las personas que se le acerquen. Muy opuesto de lo que hace y piensa nuestro protagonista que se enamora de Olalla en cuanto la ve. Desde que la ve, Olalla se convierte en una obsesión y todo su afán será estar con ella. El final es sorprendente y me dejó un sabor melancólico muy propio de la literatura romántica.

Los ladrones de cadáveres. El título nos pone en antecedentes de lo que nos vamos a encontrar en las páginas de este relato. En el hospital universitario de Edimburgo estudiaban Fettes y Macfarlane, dos estudiantes aventajados, elegidos por el catedrático jefe K como ayudantes para sus clases de disección. Estos eran los encargados de proveer de cadáveres a sus compañeros de estudio. La avaricia y la falta de escrúpulos los lleva a utilizar métodos poco ortodoxos, cuando no, delictivos para conseguir esos cadáveres. La situación va derivando hacia el desastre como no podía ser de otra manera, aunque con resultados totalmente diferentes para Fettes y Macfarlane. Steveson adornará el robo de esos cadáveres con noches de un tiempo inclemente y unas descripciones detalladas de los lugares donde roban los cadáveres, consiguiendo meternos en el relato de tal forma que se nos eriza el vello o mejor dicho, se nos ponen los pelos de punta. Me ha recordado mucho a los cuentos de Poe. La moraleja de este relato sería que la ambición y la avaricia tienen un límite y es límite no es la legalidad sino la ética y el sentido común.

Markhein. Nuestro protagonista necesita dinero, es Navidad y tiene que hacer algunas compras. Lleva tiempo empeñando objetos de su herencia a un anticuario de su misma casa. Como ya no le queda mucho que empeñar pasa por la casa del anticuario para que le preste dinero por unas baratijas, este se niega e incluso se mofa de Markhein. La situación se le va de las manos y Markhein acaba asesinando al anticuario. El resto del relato se convierte en una narración claustrofóbica, Markhein está encerrado en el piso del anticuario buscando el dinero que este pueda tener escondido en casa y a su vez temiendo que se presente la criada del anticuario o cualquier otra persona que pueda descubrirle. La resolución es un tanto sorprendente, no es un giro inesperado pero si sorprendente. La enseñanza estaría en que tengamos mucho cuidado con nuestras acciones, no nos conocemos tan bien como presumimos.

Una lectura muy recomendable que creo que gustará hasta a los que no son muy partidarios de los relatos porque son unas historias muy bien escritas y muy bien cerradas. Si os animáis a leerlos, intentar hacerlo en soledad y cuando caiga la noche, os puedo asegurar que mejora mucho la emoción que se siente con la lectura y como son cortos leerlos en estas condiciones no resulta difícil.

Con este libro doy un paso más para cumplir el reto de Autores de la A a la Z.

 

 Enzo desde Liberty Café