Título: Legado en los huesos
Autor: Dolores Redondo
ISBN: 978-84-233-4745-2
Editorial: Destino
Género: Novela negra
Páginas: 549
Precio: 18,50 €
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.
Reseña
Volvemos al valle del Baztán, a Elizondo. En esta ocasión la inspectora jefe Amaia Salazar y su equipo habitual se tendrán que enfrentar a unos casos extrañísimos. Unos maltratadores, culpables declarados por haber asesinado a sus parejas, se suicidan sin motivo aparente y todos dejan una nota de suicidio con una única palabra. Todas las víctimas aparecen con el antebrazo cortado después de haber sido asesinadas, pero estos antebrazos no aparecen en la escena del crimen, ni están en posesión de sus asesinos.
Le encargan otra segunda investigación. El comisario general de la policía foral le hace el encargo de investigar unas profanaciones ocurridas en la iglesia de Arizkun, otro pueblo del valle del Baztán. Una investigación con la que no estaba de acuerdo en participar, porque se salía de sus competencias. No tiene otro remedio que aceptar y dirigir la investigación, le viene impuesta desde el mismísimo Vaticano. Este trabajo le deparará el descubrimiento de un secreto familiar que le trastocará sus sentimientos más profundos.
En esta ocasión, Dolores Redondo nos presenta dos delitos que están relacionados con la mitología navarra, que a su vez enlaza con la mitología de otras culturas antiguas. Esto nos descubrirá unas leyendas, costumbres y mitos que me han parecido fascinantes. Nos encontraremos con una narración en la que se entrecruzan el mundo material de los asesinatos, suicidios e investigación con el mundo espiritual, con el mundo onírico que en determinados momentos servirá para guiar a Amaia Salazar a través del laberinto que supone estas dos investigaciones.
En paralelo con su trabajo de policía, entraremos más profundamente en su vida personal. Su vida matrimonial da un cambio importante a raiz del nacimiento de su hijo, tendrá que compatibilizar su vida laboral con la atención a su bebé, lo que le generará situaciones complicadas, a partir de sentimientos muy fuertes hacia su hijo que le hará replantearse su futuro, tanto laboral como personal. También hará nuevos descubrimientos sobre su familia y algunos de ellos serán bastante desasosegantes, hasta conseguir cierta angustia en el lector, en algunos momentos.
Dolores Redondo ha sabido darle la misma intensidad narrativa a la vida profesional de Amaia Salazar y a su vida privada, conisiguiendo despertar el mismo interés en las dos líneas argumentales. Dos caminos que me han mantenido pegado a las páginas de esta novela y que he terminado en tres días, eso sí, a costa de horas de sueño que llevaré arrastrando toda la semana.
Como en la entrega anterior, le da protagonismo a nuevos seres de la mitología navarra, así como a ritos que entran de lleno en la brujería. Añadido a esto nos habla de un pueblo, los agotes, que vinieron de Francia y se establecieron en Navarra y el País Vasco. No conocía la existencia de este pueblo y me ha resultado muy interesante lo que nos cuenta, tanto que me he propuesto saber más de los agotes y cómo fue su vida cuando se establecieron aquí. Por lo que cuenta, no debió de ser nada fácil.
El argumento de la novela va dando diferentes giros inesperados en los momentos en los que parece que el desenlace está claro. Lo apasionante de estos giros es que van complicando el argumento de tal manera que ha habido momentos en que he pensado que la autora se había metido en un callejón sin salida, que no podía dar una solución airosa a las complicaciones que iba creando según avanzaba la narración. Esto crea un ambiente opresivo y una tensión que nos impide dejar la lectura. Y error mío al pensar que no iba a poder darle un final airoso al lío argumental en el que se estaba metiendo. Al final todas las piezas encajan perfectamente, se resuelven las investigaciones de una forma perfecta pero con la sorpresa final, que resultará trepidante y le pondrá la guinda a este pastel. Eso sí, nos dejará la puerta abierta para la tercera entrega, que si consigue la línea de esta novela, será apoteósica. El listón lo ha dejado muy, muy alto.
Y como no se puede evitar comparar con la novela anterior, reconozco que la entrega anterior me pareció buenísima pero esta me ha gustado más, mucho más. Tanto en lo que se refiere a los casos que se investigan, como la parte en la que nos habla de la vida privada de Amaia. Me ha parecido un argumento más complejo y muy bien tramado, creo que muestra más madurez. En lo referido a los paisajes y a la climatología sigue la misma línea, sabe crear imágenes placenteras de mucha belleza e imágenes que resultan en ocasiones angustiosas.