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jueves, 22 de mayo de 2014

Reseña La leyenda de la isla sin voz, Vanessa Montfort

Título: La leyenda de la isla sin voz
Autor: Vanessa Montfort
ISBN: 978-84-01-34205-9
Editorial: Plaza & Janés
Género: Narrativa
Páginas: 425
Precio: 18,90 €
Un joven Charles Dickens visita la isla-presidio de Blackwell, en Nueva York, donde conseguirá dar voz a la pobreza y la marginación, vivirá una apasionada historia de amor y gestará su relato más famoso Cuento de Navidad.
"Todas las islas guardan un secreto o un tesoro. La Isla sin voz guarda ambas cosas."

Nueva York, enero de 1842: la tenebrosa isla de Blackwell es uno de sus secretos mejor guardados. Ubicada en el East River frente a Manhattan, es conocida por albergar un temido manicomio, un penal, un asilo y un orfanato, el "basurero humano" de la ciudad más poblada del mundo que en ese momento aún sueña con su estatua y sus rascacielos.

Un joven escritor inglés llega a Nueva York: Charles Dickens tiene sólo treinta años pero ya se ha convertido en el novelista más célebre de su tiempo. Viaja para encontrarse con sus contemporáneos Washington Irving y Edgar Allan Poe, sin embargo al llegar a su hotel recibe un misterioso anónimo que le invita a visitar la isla de Blackwell. Allí será recibido por las oscuras autoridades de La Isla y por la enfermera Radcliffe, una joven comprometida y soñadora, que será su compañera en esta aventura.

Poco a poco se irán desvelando las peligrosas tramas de corrupción y crueldad de Blackwell y por qué, en una de las primeras fotografías de la época, el escritor aparece rodeado de un variopinto grupo de reclusos, huérfanos y locos que se atrevieron a soñar con la libertad, a pesar de estar confinados frente a la ciudad que se convertiría en su símbolo. Los protagonistas de una era que finaliza en nuestro siglo y que hoy cobra más actualidad que nunca.

Reseña
En el año 1842 en la isla de Blackwell de la ciudad de Nueva York, actualmente isla de Roosevelt, hay un manicomio, una penitenciaría y un asilo para personas (incluidos niños) que han sido excluidas de la sociedad, para personas que hay que retirar de la circulación y esconder para evitar la vergüenza de que se encuentren entre los ciudadanos respetables.

Charles Dickens viaja a Estados Unidos, con su esposa Kate, para promocionar su trabajo. Tiene prevista una gira por varios estados para dar una serie de conferencias. El recepcionista del hotel en el que se hospeda en Boston le entrega una carta con matasellos de Nueva York. En esta carta le piden que haga hueco entre sus muchas tareas en Estados Unidos y visite la isla de Blackwell. Como la visita a esta isla es complicada porque a las autoridades no les interesa mostrar lo que sucede en su interior, Charles tiene que pedir a su amigo Washington Irving que utilice su influencia para facilitarle la visita de quince días que quiere hacer.

Ya en la isla de Blackwell, el director del manicomio hace que le acompañe la enfermera Anne Radcliffe para que le sirva de guía y le responda a las preguntas que le puedan surgir a Dickens. Anne le muestra las instalaciones y le presenta a varios de los internos haciéndole un ruego, como no han celebrado la Navidad, que reúna al grupo todos los días y les cuente una historia sobre esas fiestas para llevarles un poco de felicidad.

Los días los pasará Dickens visitando las instalaciones, escuchando la forma de vida en las diferentes instituciones, viendo las carencias de los internos de la isla e inventando un Cuento de Navidad para dar un poco de alegría a tantos desamparados.

Veinticinco años después Dickens volverá a la isla de Blackwell para ver cómo se desarrolla la vida después del paso de tantos años. En esta ocasión le acompañará Margaret, una maestra, y una niña llamada Nellie que llegará a ser una periodista importante.

En la narración se irán alternando estas dos épocas e iremos viendo los cambios que han ocurrido en la isla después de esos veinticinco años.

Con una prosa muy cuidada, un estilo muy muy similar al estilo de Charles Dickens, un vocabulario elegante y unas metáforas hermosas, Vanessa Montfort nos trae una historia muy bella recreada en un ambiente muy duro, consiguiendo que nos quedemos con el amor, la amistad, la entrega a los demás, la imaginación y el deseo de mejorar las cosas en lugar de con la crueldad que se vive en este tipo de instituciones.

Los personajes aunque están descritos de una forma superficial, sin muchos detalles, a partir de la historia que los llevó a la isla a cada uno de ellos, sí muestran una imagen completa de cómo son y su papel en esta obra. Acabamos queriendo a casi todos los personajes, casi todos porque como en todas las novelas de Dickens hay algún personaje, en este caso tres, que se hacen merecedores de ser odiados y de desearles las mayores desgracias que les puedan ocurrir. Vanessa Montfort ha sabido hacerlos cercanos, tiernos, adorables y que los queramos pero no de una forma artificiosa sino de una forma natural con el transcurrir de la narración y al final de la novela nos quedemos con ganas de seguir en su compañía. Tenemos que descartar a los tres personajes miserables que tampoco faltan en esta historia.

La lectura es pausada y permite saborear cada párrafo, deleitándonos con los momentos de felicidad y sufriendo los momentos terribles; las páginas han volado entre mis dedos en una lectura absorbente. Como resultado de todo esto me he encontrado con una novela que he ido recordando días después de su lectura y no olvidaré. Está dentro de las mejores lecturas de lo que va de año y creo que terminará entre las mejores de todo el año.

Quien no haya leído a Dickens y no tenga alguna novela suya a mano, si tiene la posibilidad de leer esta tendrá la misma sensación que si lo hubiera leído. Quien ya haya leído a Dickens y quiera reencontrarse con su prosa en una bella historia, tiene la ocasión con este libro.

Para cerrar esta reseña quiero dejar un pensamiento que el padre de Dickens le dejó a su hijo: “Hijo mío, hay dos cosas que alimentan el alma, la literatura y la religión, porque ambas te entrenan para creer en lo intangible. Para ser feliz deberás escoger al menos una de ellas”.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Reseña La tragedia de Wilson Cabezahueca, Mark Twain

Título: La tragedia de Wilson Cabezahueca
Autor: Mark Twain
ISBN: 978-84-376-3100-4
Editorial: Ediciones Cátedra
Género: Novela realista
Páginas: 323
Precio:  15,30 €


Mark Twain revela en esta novela la ansiedad finisecular norteamericana ante la incertidumbre de lo que es realidad y ficción, de lo que constituye verdaderamente la identidad. El tema del doble, la duplicidad, el disfraz, son parte de las obsesiones fabuladoras de Mark Twain y se aúnan en este relato para subrayar la ambigüedad que encierra el mismo concepto de identidad: una ficción más de la ley y de la sociedad. David Wilson —el personaje que da nombre a la obra, abogado y detective frustrado durante más de veintitrés años— vive obsesionado por una ciencia que a finales del siglo XIX era novedosa y que tenía por objetivo la creación de un archivo de huellas dactilares para identificar sin error posible a los individuos y situarlos dentro de las categorías raciales determinadas por la ley. La esclava Roxy, negra de apariencia blanca, aterrada ante la posibilidad de que su bebé —también blanco en apariencia— pueda ser vendido por el amo, cambia a su hijo por el vástago del amo con el fin de salvarlo de la muerte social que representaba el sistema esclavista.

Reseña

David Wilson llega a la localidad de Dawson's Landing en el estado de Mossouri a orillas del río Mississippi, para ganarse la vida ejerciendo la abogacía. En los primeros días de estancia en Dawson's Landing, conversando con algunos vecinos le mal interpretan unas palabras irónicas que dijo y esde entonces le apodaron Cabezahueca. A raíz de esa anécdota su carrera como abogado queda arruinada y David Cabezahueca comienza a trabajar de contable, ya que ningún vecino le confió ningún pleito de los que tuvieron que afrontar en el futuro. El tiempo libre que le deja su trabajo lo dedica a coleccionar las huellas dactilares de sus vecinos, creando un historial dactilar de diferentes épocas de todos ellos. Una ciencia que comenzaba a desarrollarse en aquellos momentos como apoyo a las investigaciones policiales y que le sirvió, después de veintitres años, para que le restituyeran el prestigio perdido.

Roxy, una esclava negra con apariencia de blanca, tiene un hijo llamado Chambers de la edad del hijo de su amo Percy Northumberland Driscoll y que se llama Thomas à Becket Driscoll. Como teme que algún día el amo venda a su hijo, Roxy lo cambia por el hijo del amo con el que guarda bastante parecido. El hecho de que fueran esclavos negros de piel blanca, Roxy y su hijo, tiene la explicación de que al tener las esclavas relaciones (normalmente forzadas) con sus amos u otros blancos, la piel se iba aclarando según pasaban las generaciones y así Roxy tenía una dieciseisava parte de sangre negra y Chambers tenía una treintaidosava parte de sangre negra. A los ojos de la sociedad esclavista de aquella época estas dos personas eran negras y esclavas como si su piel fuera negra. Después del cambio de los niños el resto de la narración se centra casi totalmente en la vida del falso Tom que pasa a ser el amo. El falso Tom será un joven mentiroso, timador, jugador, delicuente; un ser moralmente deleznable. Mientras que el verdadero Toma, el amo que pasa su vida como esclavo es trabajador, esforzado en sus quehaceres, cariñoso con su "madre". De esta manera, Twain, nos quiere hacer ver que un esclavo no será buena persona sino se le tiene doblegado mientras que un caballero será un hombre de honor aunque tenga que vivir como esclavo.

Mark Twain nos dibuja una sociedad encorsetada en unas normas rígidas regidas por el honor, la honradez y la presencia física. Como ya es de sobra conocido, la falta a estas normas podría llegar a costar la vida en duelos de honor. Una sociedad en la que es más importante la forma de vestir, la clase social y la apariencia que los valores morales para ser distinguido o rechazado socialmente. En la narración de la vida que lleva el falso Tom se ven claramente todos estos valores que Twain quiere retratar. El final queda resuelto de una forma satisfactoria como es habitual en estas novelas, los nobles de espíritu reciben su recompensa y los malvados su castigo. Es una novela con su carga moralizante como tenían muchas de estas novelas.

En el comienzo de cada capítulo Twain nos regala un aforismo que pertenece a un teórico “Almanaque” que escribió Wilson Cabezahueca. En estos aforismos encontramos reflexiones muy ingeniosas y todas con mucho sentido del humor. Este almanaque lo crea Twain en imitación a uno muy conocido que escribió Benjamín Franklin llamado Poor Richard’s Almanac, pero está escrito en sentido totalmente opuesto al almanaque de Franklin, este es optimista y el de Cabezahueca (Twain) es pesimista. Estos aforismo hay que tenerlos anotados siempre a mano como recordatorio porque son francamente buenos y nos ayudarán a cuidarnos en la vida cotidiana. Estos son algunos ejemplos de los que más me han llamado la atención:

  • Adán era humano y eso lo explica todo. No deseaba la manzana por sí misma, sino que la anhelaba solo porque era algo prohibido. El error radicó en no prohibir la serpiente, ya que en ese caso, se la habría comido.
  • Esforcémonos en vivir de tal manera que, cuando muramos, hasta la funeraria lo sienta.
  • No sería bueno que pensasemos todos igual. Es la diferencia de opinión lo que sustenta las carreras de caballos.
  • El sacro fervor de la Amistad posee una naturaleza tan dulce, imperturbable, leal e imperecedera que puede durar toda la vida, mientras no se le pida dinero prestado.
Como siempre Cátedra nos trae una edición muy cuidada de las novelas clásicas. Nos proporciona una biografía suficiente del autor y el ambiente social en el que fue escrita la novela, así como explicaciones de investigadores de la obra de Twain que nos descubren las motivaciones del autor para escribir esta obra. Dentro del texto de la novela también encontramos anotaciones a pie de página que nos ayudan a comprender mejor el desarrollo de la narración.

Una novela muy recomendable que me ha hecho pasar un rato delicioso, con una lectura sin prisa pero sin pausa

Novela que pasa a engrosar el reto Seamos realistas.



 


Enzo desde Liberty Café  

martes, 2 de abril de 2013

Reseña La piedra angular, Emilia Pardo Bazán

Título: La piedra angular
Autor: Emilia Pardo Bazán
ISBN: 978-84-376-3116-5
Editorial: Ediciones Cátedra
Género: Novela realista
Páginas: 198
Precio:  8,20 €

“La piedra angular” (1891) se adentra en la historia de un verdugo, su hijo y del hombre que intentará redimirlos del destino funesto que los acecha. En una España convencida de la necesidad de la pena de muerte, pese a las intolerables circunstancias de desigualdad en las que se vivía, la hipocresía dominante abomina del hombre que aprieta el cuello de los condenados. Emilia Pardo Bazán nos enseña en esta novela el estado de cosas y la lucha moral de unos personajes resultantes de la mezquindad moral y la miseria.

Reseña

Me fijé en esta novela cuando leí su sinopsis (está claro que la portada no me sugería nada relacionado con el argumento) y automáticamente me vino a la cabeza el recuerdo de la película de Luis García Berlanga El verdugo, ya que el argumento nos habla de un verdugo, de su hijo y los problemas que tienen, pensé que podía tener cierto parecido y como tantas otras veces que me pongo a adivinar, me equivoqué totalmente.

En esta novela “la piedra angular” hace referencia a la pena de muerte y por extensión al cadalso. Toda la novela es una reflexión sobre la conveniencia de eliminar la pena de muerte que abandera el médico Pelayo Moragas contra la idea de mantenerla vigente que apoyan las fuerzas reaccionarias de la ciudad. Pero no sólo nos habla de la pena de muerte, también nos muestra la hipocresía y el conflicto moral reinante en Marineda, así llama la autora a La Coruña, y por extensión en toda España ante la idea general de mantener la pena de muerte y a su vez despreciar al que tiene que ejecutarla hasta llevarle a la exclusión social, a él y a toda su familia, negándole el acceso a cualquier contacto con el resto de la sociedad, llegando al límite de negarle a Telmo, el hijo del verdugo Juan Rojo, la educación prohibiéndole su asistencia al Instituto. Los jueces que aplican las leyes, los policías que detienen a los delincuentes, las autoridades que mantienen vigente esta ley y el resto de la sociedad que está encantada con que exista (la pena de muerte) pero abominan de quién tiene que aplicarla. En el transcurso del relato nos plantea otras dos cuestiones muy delicadas de enjuiciar. Una es qué es más importante el deber y la palabra dada o el amor y la otra cuestión es si puede haber un homicidio justificado. Aparentemente la contestación es fácil y se nos viene a la boca rápidamente pero después de leer esta novela dudaremos, nos dará argumentos buenos para cualquiera de las contestaciones posibles.

Con estas premisas de partida Emilia Pardo Bazán construye una novela muy sólida, con unos personajes muy bien definidos que nos ayudan a ir analizando las cuestiones que se enfrentan en el argumento, llevado adelante todo por el médico Pelayo Moragas que es quién hace avanzar el relato junto con Juan Rojo, el verdugo, y su hijo Telmo. Es un relato que nos enseña el estado de las cosas y la lucha moral de los personajes en una España pródiga en excesos  como fue el final del siglo XIX y me parece que sigue teniendo plena vigencia hoy en día. Afortunadamente en nuestra sociedad no existe la pena de muerte pero la figura del verdugo la podemos cambiar por otras personas que están excluidas socialmente y veremos que tenemos los mismos defectos que en la sociedad de finales del siglo XIX. Toda la novela es una proclama contra la pena de muerte y por su abolición. Una novela muy humana con un final absolutamente sorprendente y conmovedor.

La novela tiene un lenguaje un tanto complejo ya que utiliza vocablos gallegos, asturianos, rurales, galicismos y algunas palabras en desuso, esto queda resuelto porque tenemos notas aclaratorias a pie de página. Tiene una prosa muy cuidada que nos da idea del nivel cultural que alcanzó Emilia Pardo Bazán. Resulta estimulante porque salimos del vocabulario estándar al que estamos acostumbrados en casi todas las lecturas actuales. Este leguaje masajea las meninges que siempre viene bien.

No había tenido el placer de leer nada de esta autora, sabía de ella por los estudios en el Instituto, que fueron bastante escasos, por lo que me ha sorprendido muy positivamente y estoy seguro que no será la única obra que lea de esta gran escritora.

La portada no me parece la más sugerente para animar a leer este libro y pienso que algunos se desanimarán a su lectura porque queden desconcertados. Hay que taparse los ojos ante la portada, abrir la novela y empezar a leer, creo que os llevaréis una grata sorpresa como me la he llevado yo.

Esta novela corresponde al reto Seamos realistas.



 Enzo desde Liberty Café